En los últimos días, algunas farmacias locales suspendieron la venta de medicamentos a través de PAMI, una medida altamente influyente por la cantidad de afiliados que dependen de la obra social. Autoridades farmacéuticas aclaran que la interrupción “no es por un capricho” y explican a qué se debe la decisión.
En diálogo con PUNTO DE NOTICIAS, Ignacio Arriegui, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Marcos Paz, explica que la causa de esta suspensión de la venta es por la falta de la actualización del Precio Valor Público (PVP) de PAMI.
A través de este convenio, el farmacéutico compra un producto al laboratorio y se lo cobra a determinado valor establecido a PAMI. El problema es que ese acuerdo no se actualiza desde hace un mes y medio, cuando debería reverse cada quince días para que quienes comercializan no queden en pérdida ante el constante aumento de los precios de los remedios. En el actual contexto inflacionario, perjudica directamente a las farmacias.
“Hay productos que se lo cobramos a PAMI a $45 y nosotros lo compramos a $63”, ejemplifica Arriegui. “La obra social te paga de acá a tres meses con un precio congelado”, agrega.
A todo eso, se suma la deuda de la obra social con los comerciantes en concepto de pagos atrasados. Ante este panorama, es inevitable que las farmacias empiecen a desfinanciarse. “No quieren trabajar con la obra social, no por un capricho, sino para no fundirse laburando”, sostiene el farmacéutico.
El convenio de PAMI lo firma la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), algo que excluye y excede a los dueños de las farmacias. “A vos te endosan un convenio que no es rentable, pero lo debés atender porque tenés un convenio con el Colegio de Farmacéuticos: no depende nada de nosotros”, aclara Arriegui.
En Marcos Paz, unas pocas farmacias todavía siguen atendiendo por PAMI. Arriegui insiste en que no es una cuestión arbitraría, sino que depende de “la espalda” para poder afrontar la pérdida. “El que no tiene más reserva (económica) no tiene otra opción, porque la luz hay que pagarla, al empleado hay que pagarle…”, afirma.
La problemática actualmente se negocia y debate a nivel país, pero se desconoce hasta cuándo se extenderá. En algunas ciudades ya se replica la medida adoptada por las farmacias locales, aunque el tema no tomó aún trascendencia nacional. Arriegui explica que esto último se debe a que en la Ciudad de Buenos Aires las farmacias tienen “más volumen y venta de otras cosas”.
Fernando Gigena