Mañana se cumple otro mes desde que el hombre de 74 años fue visto por última vez. Los días se suman y la causa por la búsqueda Roberto Ángel Espinosa parece, por lo menos así se percibe, olvidada por quienes tienen responsabilidades. Su rostro, al inicio de este año, inundaba las redes sociales; hoy es un eco, solo reflejado en la voz de su familia que clama por ayuda en la búsqueda de su paradero.
El caso es un absoluto misterio: un hombre que salió de su domicilio por la noche en dirección a la ruta 40, pero que las cámaras del acceso no lo registraron. Sumado a los posteriores rastros de los perros de la policía, que llevaron la búsqueda hacia la dirección contraria de donde se vio a Roberto por última vez. Ese trabajo de las fuerzas de seguridad arrojó que el último rastro pone el potencial paradero cerca de la ciudad de la Matanza, 20 de Junio. Un dato sorprendente; sin embargo, los rastrillajes nunca se hicieron por fuera del Partido de Marcos Paz.
Hace un mes, PUNTO DE NOTICIAS publicada que la familia expresaba que sentían que el caso estaba “abandonado” y que no sabían “qué más hacer”. Posteriormente, medios de comunicación locales informaban que a cuatro meses de su desaparición, desde la comisaría local, el comisario Guillermo Rebottaro había dicho que “se solicitó nuevamente rastrillaje, donde la Fiscalía ordenó su realización no sólo con personal a pie sino también con caballería”. Ya se sumó un mes desde ese anuncio y todavía no hay novedades. Quizás en los tiempos de las autoridades un mes para organizar ese trabajo sea poco, sería algo entendible si así fuera. Pero un mes para alguien que espera a su familiar es mucho. Y en esa situación, el tiempo pesa, la incertidumbre ahoga y el dolor tira.
En diálogo con la hija de Roberto, Joana Viera Fernández, PUNTO DE NOTICIAS constató que en este último mes no se le informó de ningún trabajo respecto de la búsqueda a la familia, tampoco recibieron un llamado, ni por parte de las autoridades locales ni por la Fiscal de Mercedes que lleva adelante el caso.
Este marte se cumple otro mes sin Roberto. No hay indicios, no hay datos, no hay llamados. A lo largo de este tiempo, la familia expresó que sienten que el caso está “abandonado” y que no saben “qué más hacer”, y piden: “Que no quede olvidado su rostro”. Son muchas las preguntas que resuenan, las incógnitas sin resolver y los detalles que aún no tienen respuesta, pero la duda más inquietante e importante es dónde está Roberto Ángel Espinosa.
Roberto mide 1,70, tiene tez blanca y es calvo, vestía un short gris, una remera o camisa clara, tenía una pulserita de hilo Boca Juniors, una cinta roja, y calzaba unas ojotas. Sufre de artrosis y es diabético, pero de su salud mental está bien y hacía poco había vuelto a andar en bicicleta, con la que solía dirigirse a hacer mandados en su barrio, donde es conocido por todos. Si lo viste o tenés información, comunicate al 911 o al 011-15-27642014.
LA HISTORIA DEL CASO
El sábado 19 de diciembre de 2020, la hija de Roberto, Joana, trabajaba en el negocio que tiene en su casa cuando su hermana Laura le envió al mediodía un mensaje preguntándole si sabía algo de su papá. “En casa no está, debe haber ido a comprar”, respondió. La puerta de la casa de Roberto se encontraba abierta y su bicicleta no estaba. Él nunca se iba sin avisar. Pasaron las horas y después de haberse comunicado toda la familia, nadie supo dónde estaba Espinosa. Finalmente, esa noche, tras no encontrar rastros, decidieron hacer la denuncia.
La noche del viernes 18 alrededor de las 20:30 Roberto fue a comprar fiambre al quiosco de una vecina, se estima que comió en su casa ubicada en Corrientes y esquina Viena, del barrio Güemes, en Marcos Paz. Un poco más tarde, Espinosa salió de su vivienda y esa iba a ser la última vez que fue visto. Un familiar lo vio cruzar por la calle y le dijo: “viejo, ¿a dónde vas?”. “Voy a dar una vuelta porque estoy aburrido”, respondió. El hombre tomó la calle Corrientes en dirección a la Ruta, a una distancia de seis cuadras de su domicilio, pero ninguna de las cámaras ubicadas sobre la 200 lo registró posteriormente.
Hasta el momento, cuatro rastrillajes fueron realizados por la policía en su búsqueda (el último en febrero). En el segundo de ellos los efectivos trabajaron con perros que llevaron el rastro hacia otro lado, en dirección opuesta a donde Roberto fue visto por última vez. Las huellas que arrojó ese trabajo de las fuerzas de seguridad ubican a Espinosa en la zona de Avenida Patricios (Ruta 1003) y el apeadero del kilómetro 45, en dirección a la localidad de 20 de Junio, Partido de la Matanza. El último de los rastrillajes realizados en la zona fue más intenso y contó con drones y caballería, sin embargo, la búsqueda nunca se extendió más allá de Marcos Paz.
Para ese segundo rastrillaje, Joana llegó hasta la estación de 20 de Junio en donde habló con una señora que le aseguró haber visto a su padre. Cuando le mostró fotos de Roberto, la mujer respondió: “no me muestres más, nena, era tu papá”. La policía le tomó declaración, pero de todas las personas que trabajan en la estación, fue la única que manifestó haberlo visto. Joana pidió que se haga el rastrillaje en la zona, pero hasta ahora no se realizó. El intrigante y misterioso testimonio no sirvió para que la búsqueda siga esa línea. Desde ese entonces, el caso no avanzó y su búsqueda parece haber quedado inconclusa.